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La narración es un elemento importante en las estrategias de educación actual, ya que estimulan la creatividad y la atención de los estudiantes. No es extraño que las actividades como el reporte narrativo se vuelvan tan comunes en las aulas de clase. Aprende a estructurar y redactar tu reporte con ayuda del siguiente post. Revisa el ejemplo, y descarga gratis el formato del reporte narrativo para Word.
Un reporte narrativo es un relato de carácter periodístico, que hace un recuento de un evento noticioso por medio de la escritura narrativa. Es decir, cuenta una historia, con el propósito de informar y atraer la atención de la audiencia. Su gracia está en narrar los hechos desde el inicio hasta el final, bajo la estructura de comienzo, desarrollo y desenlace.
Generalmente, el reporte narrativo exige una investigación mucho más larga y profunda, en comparación a otros tipos de reporte. Pues, además de la parte narrativa, se analizan documentos, se recogen opiniones, y se describen personas, lugares u objetos que tengan relación con el evento.
El estilo del reporte narrativo ha de ser libre, sin embargo debe considerar las siguientes características:
El reporte narrativo está compuesto por cuatro partes fundamentales:
El título da un vistazo al contenido del reporte. Es el primer elemento que debe despertar curiosidad en el lector, así que suele ser creativo e ingenioso. Para ello, goza de libertad de estilo. Esto permite jugar con vuelos literarios, tales como, la metáfora, el doble significado, la hipérbole, entre otros.
Es breve y generalmente, está acompañado de un antetítulo y un subtítulo.
Proporciona la información necesaria para situar al lector en la historia. Al igual que el título, la entrada debe cautivar a la audiencia. Por lo tanto, ha de plantearse de forma interesante y creativa.
A diferencia de una noticia, cuyos primeros párrafos bastan para informarse, el reporte necesita leerse por completo para que el lector quede suficientemente enterado. De este modo, para que la entrada cumpla su cometido de incitar a seguir leyendo el texto, se puede recurrir a las analogías, anécdotas, citas textuales. etc.
Es la parte más extensa del reporte, pues se encarga de desarrollar al máximo la historia del mismo. En él, se expone toda la información recabada. Es decir, se presentan los personajes, lugares, acontecimientos, entrevistas, datos… Se compone de varios párrafos que deben estar interconectados y escritos en coherencia.
La conclusión del reporte debe generar un efecto especial en el lector. El estilo o propósito del mismo, depende del autor, pero generalmente se hace una recapitulación del relato, con el fin de dejar todo aclarado y trasmitir una sensación de cierre.
No obstante, esta sección también puede ser aprovechada por el autor, para presentar sus reflexiones argumentadas en base al cuerpo del reporte. Además de invitar a la audiencia a sacar sus propias conclusiones. O bien, puede finalizar en una moraleja, con esperanzas de que el lector adquiera una enseñanza a través de la historia narrada.
Hacer un reporte conlleva mucho esfuerzo, pues implica una investigación profunda y debe cumplir con conservar el interés del público. Realiza este trabajo tomando en cuenta los siguientes fundamentos:
El autor, antes de empezar a elaborar el reporte, debe tener un plan y plantearse qué es lo que va a investigar, qué pretende obtener y cómo va a hacerlo. Para ello, será útil la organización de un mapa de ruta, que establezca tanto un calendario, como los temas a indagar.
Dicha previsión no debe subestimarse, pues orienta las acciones del autor y optimiza el aprovechamiento del tiempo y los recursos. En esta planificación, se puede visualizar desde el inicio qué personas, lugares o documentos convendría consultar para realizar el reporte.
Ten en cuenta que un reporte amerita una investigación profunda y exhaustiva, pues nunca se tratará de un relato simple, siempre irá más allá.
El autor debe estar genuinamente interesado en narrar una buena historia. En ningún punto, podrá conformarse con información incompleta o superficial. Al contrario, necesita investigar con mucha energía y esfuerzo, hacia el objetivo de profundizar lo más que se pueda y generar un verdadero efecto en el público.
Al hacer un reporte, es necesario el uso de algunas técnicas literarias, para mantener al lector interesado. Por esta razón, se recomienda desarrollar la libertad expresiva y el estilo personal del autor.
Para intentar enganchar a la audiencia y ofrecer un buen relato, se hará bien en incluir el uso de comparaciones, metáforas, anécdotas, citas, ejemplos, descripciones detalladas, entre otros elementos.
Los párrafos largos y el uso de un lenguaje rebuscado generan confusión y cansancio en un lector. Para ello, se evita el empleo de frases complejas, o tecnicismos, pues éstos interfieren con el proceso de lectura.
A fin de alcanzar la claridad y precisión en el reporte, basta con manejar un lenguaje sencillo. Se recomienda utilizar un vocabulario directo, común, adecuado para el público. Aunque ello no excluye el uso de las palabras cultas, siempre que no sea en exceso.
En cifras oficiales se contabilizan 431 fallecidos, y 1,7 millones de personas afectadas. Por Adriana Rojas La mañana del domingo 3 de junio del 2018 el cielo de la región centro-sur de Guatemala se tiñó de un gris espeso. El aire estaba cargado de ceniza, una columna colosal con más de 15 km de alto se alzaba sobre la cima del Volcán de Fuego, el más activo de Centro América. El Volcán de Fuego tiene una dimensión de 3.763 metros sobre el nivel del mar, y es constantemente vigilado por considerarse uno de los volcanes con mayor actividad en el mundo. La erupción del 3 de junio del 2018 ha sido una de las más destacadas, con al menos 431 víctimas fatales y decenas de desaparecidos, de acuerdo con cifras oficiales. A las faldas del coloso el pánico se apoderó de los habitantes de las comunidades rurales, que se percataron del humo y comprendieron la necesidad de huir. Sin embargo, para las personas de aldeas como El Rodeo, de las más cercanas al volcán, la evacuación se convirtió en una carrera contra los ríos de lava y lodo que veían bajar por las laderas. El humo tóxico que despedía el volcán, más la espesa nube de ceniza, limitaba tremendamente la visibilidad de los habitantes que corrían a pie tan lejos como podían. Al pie del coloso los esperaban grupos de bomberos y rescatistas, quienes les brindaron los primeros auxilios y comenzaron a trasladar a los heridos. Aun cubiertos con ceniza de los pies a la cabeza, resultaba fácil distinguir la angustia y el terror en los rostros de las personas. Muchos empezaban a darse cuenta que habían perdido de vista a varios de sus amigos y familiares. Con la calma de la actividad volcánica, las autoridades encargadas comenzaron a contar entre los habitantes de las comunidades que estaban a salvo, para tener una idea los desaparecidos que debían buscar. No obstante, es posible leer en las expresiones de los rescatistas que apenas iniciaba una de las etapas más difíciles de la tragedia.
El día que despertó el gigante de humo y ceniza
El día que despertó el gigante de humo y ceniza
En cifras oficiales se contabilizan 431 fallecidos, y 1,7 millones de personas afectadas.
Por Adriana Rojas
La mañana del domingo 3 de junio del 2018 el cielo de la región centro-sur de Guatemala se tiñó de un gris espeso. El aire estaba cargado de ceniza, una columna colosal con más de 15 km de alto se alzaba sobre la cima del Volcán de Fuego, el más activo de Centro América.
El Volcán de Fuego tiene una dimensión de 3.763 metros sobre el nivel del mar, y es constantemente vigilado por considerarse uno de los volcanes con mayor actividad en el mundo. La erupción del 3 de junio del 2018 ha sido una de las más destacadas, con al menos 431 víctimas fatales y decenas de desaparecidos, de acuerdo con cifras oficiales.
A las faldas del coloso el pánico se apoderó de los habitantes de las comunidades rurales, que se percataron del humo y comprendieron la necesidad de huir. Sin embargo, para las personas de aldeas como El Rodeo, de las más cercanas al volcán, la evacuación se convirtió en una carrera contra los ríos de lava y lodo que veían bajar por las laderas. El humo tóxico que despedía el volcán, más la espesa nube de ceniza, limitaba tremendamente la visibilidad de los habitantes que corrían a pie tan lejos como podían.
Al pie del coloso los esperaban grupos de bomberos y rescatistas, quienes les brindaron los primeros auxilios y comenzaron a trasladar a los heridos. Aun cubiertos con ceniza de los pies a la cabeza, resultaba fácil distinguir la angustia y el terror en los rostros de las personas. Muchos empezaban a darse cuenta que habían perdido de vista a varios de sus amigos y familiares.
Con la calma de la actividad volcánica, las autoridades encargadas comenzaron a contar entre los habitantes de las comunidades que estaban a salvo, para tener una idea los desaparecidos que debían buscar. No obstante, es posible leer en las expresiones de los rescatistas que apenas iniciaba una de las etapas más difíciles de la tragedia.
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por Redacción Milformatos el 29 de marzo de 2021
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