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¿Quieres saber lo que es una carta al editor? ¿Necesitas hacer una y no sabes por dónde empezar?’ Estás en el mejor lugar para conocer qué es, cómo se hace y en qué casos se utiliza. Además podrás descargar un ejemplo y un formato de forma totalmente gratuita.
Si la información te resulta útil, recomiéndasela a tus amigos y déjanos tus comentarios para aclarar tus dudas, preguntas y atender tus sugerencias.
Una carta al editor es la carta con la que una persona, una asociación o una institución se dirige a un medio escrito, para hacer una aclaración sobre un artículo publicado en ese medio, y en el que se publica información equivocada, en el que se hace alguna acusación sin fundamento o, al contrario, se amplía algún detalle o tema que se considera importante.
Como ya mencionamos, se usa para responder a un artículo publicado en un medio impreso o digital. En general la carta al editor tiene los siguientes usos:
Una carta al editor debe ser enviada con cercanía a la publicación a la que se hace referencia. En el caso de publicaciones diarias, la carta al editor debe enviarse lo más pronto posible, un máximo de 3 a 5 días después de publicado el artículo. En el caso de revistas, se recomienda que la carta al editor se refiera a artículos publicados como máximo 2 números anteriores a cuando se publique la carta al editor en la revista.
La carta al editor es una carta formal que en la mayoría de los casos debe sujetarse a los lineamientos que marque el propio medio, ya que en las versiones impresas se dispone de un espacio limitado para su publicación. Algunos medios piden que las cartas sean breves, de 150 a 250 palabras. Otras publicaciones pueden admitir cartas hasta de 1000 palabras. Se debe consultar .la información al respecto que proporcione cada medio.
Los elementos de la Carta al editor son los siguientes:
Lugar y fecha: sirven para indicar el lugar en que se escribe la carta y la fecha en que se escribe o bien, la fecha en que se presenta ante la institución.
Título: Muchos medios piden que se agregue un título a la carta, para que, de ser publicado, aparezca con ese título en la publicación.
Vocativo: A quien nos dirigimos, que es el editor del medio al que escribimos.
Cuerpo: En este caso, debemos estar atentos a la extensión que se nos pide. En el primer párrafo haremos referencia al motivo de la carta, así como al autor, título y fecha del artículo al que hacemos referencia.
A continuación, en uno o más párrafos, dependiendo de la extensión que permita el medio, exponemos nuestro punto de vista o aclaramos la información publicada.
En el caso de publicaciones científicas se permite agregar una tabla, esquema o gráfico que resulte necesario.
En el último párrafo de la carta exponemos brevemente la conclusión a la que llegamos.
Firma: A continuación, firmamos nuestra carta.
Referencias: Si nuestra carta es a una revista científica o especializada, podremos mencionar hasta 4 o 5 referencias bibliográficas, dependiendo de la publicación. En el caso de investigaciones propias, se deberá citar el nombre de los participantes, el título de la investigación y algún archivo donde pueda ser consultada.
CONSEJOS MILFORMATOS
Lo más recomendable para hacer una carta al editor, es que sea mecanografiada, en la actualidad hecha en computadora e impresa, para facilitar a los editores su copia y posterior publicación. Además, utilizar el procesador de palabras nos ayudará a estar pendientes del número de palabras que estamos utilizando y así podamos cumplir con los límites que nos indique cada medio al que nos dirigimos.
El número de palabras por lo general se mide sólo con el texto del cuerpo de la carta, sin tomar en cuenta el título, vocativo ni firma. Para contar sólo las palabras del cuerpo del texto, basta con seleccionar el texto y observar la barra inferior de nuestro procesador de textos. Ahí podremos ver cuántas palabras tenemos seleccionadas. También podemos ir al menú revisar, Revisión y Contar palabras. Ahí también nos indicará el número de caracteres con y sin espacios; datos que nos pueden ser útiles para hacer la carta al editor.
Tlaxcala, Tlaxcala, 13 de febrero de 2015
El Mirador es Colonia Segura
Editor del “El Diario Tlaxcalteca”
Mi nombre es Alberto Gómez, soy Presidente de la Coalición de Vecinos de la Colonia El Mirador, y quiero referirme al artículo publicado por el reportero Norberto Ávila, con el título “Los Sitios más peligrosos de Tlax”, el pasado 10 de febrero.
La información que publica en su artículo es una información equivocada, pues las estadísticas que está mencionando respecto a los índices delictivos de esta colonia, corresponden a información de hace 25 años.
Desde hace 15 años en que se formó la Coalición de vecinos de la colonia El Mirador, hemos trabajado con mucha cercanía con las autoridades policiacas y ministeriales, para promover la denuncia y seguimiento de los actos delictivos que se realizaban en esta colonia, habitualmente por personas que no pertenecen a esta comunidad.
En la actualidad esta es una de las colonias más seguras de la entidad, que cuenta con un sistema de “vecinos vigilantes”. Sistema en el que cuando un habitante de la colonia se da cuenta de algún acto ilícito, da aviso inmediato a la policía y a otros vecinos, que desde sus casas observan los movimientos de los presuntos delincuentes, para facilitar la labor policiaca.
También contamos con abogados comunitarios y la ayuda del Instituto de defensoría pública del Estado, para proporcionar asesoría y seguimiento a las víctimas del delito y los afectados.
Por la anterior información, que le invitamos a corroborar cuando guste, le solicito publique la presente carta y se publique la aclaración correspondiente.
Atentamente
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Alberto Gómez
Presidente de la Coalición de Vecinos de la Colonia El Mirador.
Monterrey, Nuevo León, 22 de marzo de 2018
“Auxiliar no es cura”
Editor de la Revista Universitaria de Medicina
Le dirijo la presente, en relación al artículo “Tratamientos para la diabetes”, publicado en su número de la primera quincena de marzo (Año XII, número 17, págs. 14-17).
En el citado trabajo, firmado por Roberto Vargas, hace referencia a tratamiento utilizando plantas y otras formas de medicina natural, haciendo la aseveración de que el consumo de hojas de mango y/o de higo se utilizan como “Cura” para la diabetes, mencionando este concepto hasta en tres ocasiones.
Utilizar el concepto “cura”, para referirse a esos remedios, resulta una situación delicada y bastante irresponsable, tanto al ser citada por el autor, como al ser reproducida por su revista.
Existen estudios relativos a los efectos hipoglucemiantes tanto de la hoja de higo (Mejía, Morales, 2008; Crisóforo, Franco y Martínez, 2014), como de la hoja de mango (Pichardo, Castro, 2017; Pretel, Arquero, 2014). Sin embargo, en ambos casos se refiere a experimentos realizados en ratas de laboratorio, si bien, basados en algunos usos tradicionales de ambas plantas.
También es apreciable en el contexto de esos estudios, que si bien, existe un efecto de reducción de la glucemia, también hacen hincapié que no son sustitutos de los tratamientos con Insulina, y en todo caso sería una alternativa al consumo de medicamentos como la metformina.
Sin embargo, de eso concluir y mencionar el consumo de estos remedios como “cura”, es una expresión que se presta a confusión y sobre todo, a crear falsas expectativas sobre el consumo de esas plantas.
Desde mi experiencia personal y de los colaboradores que estamos realizando trabajo de investigación, hasta el momento hemos recogido datos estadísticos en los que los consumidores de hojas de higo presentan una disminución de 15-20% de glucosa en sangre; mientras que el efecto de las hojas de mango es de alrededor de 15-22%. Comprobándose además que los efectos hipoglucemiantes tienen una acción corta, de entre 60 a 120 minutos; así como que cesan cuando se deja de consumir las infusiones.
Datos y fuentes documentales que muestran que el consumo de estos remedios dista muchísimo de ser una “cura” para la diabetes, y mucho menos un sustituto de los tratamientos con insulina. Por lo que considero que debe hacerse la corrección correspondiente.
Atentamente
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Emigdio Olivera
Referencias:
Crisóforo Martinez, E; Franco Mora, O; Martinez de la Cruz, I. Contenido fenólico en hojas y fruto de Vitis popenoei Feenel y Ficus carica L. Universidad Autonoma del Estado de México Toluca, 12 de agosto de 2014. Recuperado de http://ri.uaemex.mx/handle/20.500.11799/65830
Mejía Arrollo, M.; Morales Mayta, E. Efecto del decocto de hojas secas de ficus carica l. en rattus norveyicus var. albinus con hiperglicemia inducida”. Universidad Nacional de Trujillo, Perú. 1 de abril de 2014. Recuperado de http://dspace.unitru.edu.pe/handle/UNITRU/5378
Pichardo. R; Castro Morales, W. USO DE LA HOJA DE MANGO COMO ALTERNATIVA NATURAL EN EL CONTROL DE LA GLUCOSA EN LAS PERSONAS ADULTAS DEL BARRIO SAN JUAN EN EL D.M.Q. 2017. Instituto Tecnológico Superior “Cordillera”. Quito, Ecuador, Diciembre, 2017. Recuperado de http://www.dspace.cordillera.edu.ec:8080/xmlui/handle/123456789/3426
Pretel Sevillano. O; Arquero Portal, H. Efecto hipoglucemiante de las hojas de Mangifera indica “mango” en diabetes experimental inducida por aloxano en Rattus rattus var. albinus. Universidad Nacional de Trujillo, Perú. 20 de octubre de 2016. Recuperado de http://dspace.unitru.edu.pe/handle/UNITRU/3848
30 de agosto de 2014
Editor de “Ciencia Insólita”.
Antes que nada, les felicito por su interesante revista. El motivo de mi carta es por su artículo “experimentos con el demonio”, publicado en su último número.
Dado que su revista es leída por gran número de niños y jóvenes, es importante que conozcan los conceptos científicos con la amenidad y facilidad de lenguaje de su revista. Sin embargo, considero que deben ser más cuidadosos al elegir los temas, sobre todo cuando implican la descripción de algún tipo de experimento como la obtención de hidrógeno a partir del ácido clorhídrico y aluminio.
Debido al manejo ya de por sí delicado del ácido clorhídrico, sea en la concentración que sea, y que en manos imprudentes, como suelen ser los jóvenes, además de quemaduras, el mal cálculo de los materiales reaccionantes para la explosión puede producir daños graves o lesiones.
Estoy consciente de que su labor es principalmente de divulgación y difusión de la cultura científica, pero reitero mi punto de vista sobre experimentaciones que pueden resultar peligrosas en manos de los jóvenes.
Agradezco su atención a los lectores.
________________________
Rodrigo Valdez.
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por Redacción Milformatos el 28 de junio de 2018