CARTA PARA UN PADRE

A mi querido padre:

Te escribo esta carta para agradecerte todo lo que siempre has hecho por mí que soy tu hija. La vida ha sido muy generosa conmigo por darme la bendición de tener a un papá tan bueno como tú.

Eres ser humano excepcional y bondadoso, lo aprendí cuando era solo una niña. Tus palabras cálidas ante mis equivocaciones hicieron que confiara en ti sin importar qué.

Agradezco tu paciencia porque sé que no fue fácil para ti lidiar con mis momentos de rebeldía. Siempre te mostraste muy comprensivo conmigo y hasta compartiste las cosas que hiciste cuando eras joven.

Recuerdo que entre risas me decías que habías hecho cosas peores y que no querías que cometiera errores en los que no hubiera vuelta atrás. Solías decirme que algún día entendería y tenías razón.

Tú mereces todas las cosas buenas de la vida porque siempre ves el lado positivo de hasta las peores circunstancias. Gracias por haber sido mi roca en todo momento, por haberme enseñado el valor del amor incondicional.

Gracias por cada receta, por los juegos, por tus enseñanzas y sobre todo por esa hermosa amistad.

Te ama con todo el corazón,

Tu ratoncita querida

A mi querido padre:

Te escribo para decirte que te amo y que significas mucho para mí. Siempre te he amado profundamente, pero me ha costado expresarlo con palabras y, sobre todo, con hechos.

Ahora que soy padre sé que siempre has sabido que te amor profundamente, pero hace falta escucharlo de vez en cuando.

Muchas cosas me han quedado claras ahora y entiendo por qué eras tan frío, casi indiferente. Sobre todo, cuando mamá fue hospitalizada después de ese accidente. Tenías que ser fuerte por todos, debías demostrar fortaleza y ser el pilar de la familia.

Tu severidad me lastimaba y no entendía que tu inexpresivo rostro ocultaba tus lágrimas, tu preocupación, tu angustia y tu tristeza. Pensaba que no la amabas lo necesario. Qué equivocado estaba.

Ahora que soy padre te entiendo, pero sobre todo te admiro porque no es fácil ser fuerte cuando todo a tu alrededor se desvanece.

Gracias por mostrarme con tu vida, con tu ejemplo, que la familia siempre es primero y que la fortaleza se lleva en el corazón.

Te amo papá,

Daniel

Papá:

Te escribo esta carta para decirte que siempre te he querido. Así es, a pesar de que no estuviste la mayor parte de mi vida, a pesar de tu ausencia y tu falta de interés. Sí, sé que cuando mi mamá te dijo que estaba embarazada de mí le dijiste tajantemente que era su problema y no querías saber nada de mí.

También sé que mi madre tuvo que trabajar hasta el cansancio porque te negaste a darle dinero para mi crianza. Conozco de sobra los problemas porque mi abuela no paraba de hablar de ti.

Desde el principio, mi nana esperaba que te odiara tanto como ella te odiaba a ti por haber abandonado a su hija. Pero no fue así, gracias a mi madre y a su inmenso corazón.

Ella siempre te defendía, no porque te quisiera, sino porque eras mi padre y no quería que me envenenara el alma por los problemas que ustedes tuvieron. Hasta me contó su historia de amor para que yo supiera que mi vida no era un error, sino producto de ese cariño que ustedes compartieron.

Cuando decidiste que querías conocerme, mi mamá nunca te impidió entrar a casa. Nos conocimos y ella siempre quiso que aprendiera a amarte como padre. No fue fácil, pero le agradezco que te dejara entrar en mi vida porque tuve la oportunidad de conocerte.

Reconozco el esfuerzo que has hecho para recuperar el tiempo perdido y quiero que sepas que siempre tendrás un lugar en mi corazón.

Tu hija,

Estela